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La ética y las fuentes informativas, grandes amigos del buen periodista
“No dejes que la realidad estropee una buena noticia”. Tal vez es lo que pensó Stephen Glass durante su etapa como redactor de plantilla para la prestigiosa revista de actualidad y política The New Republic y articulista por cuenta propia para publicaciones como Rolling Stone, Harper’s y George. El caso de Stephen Glass fue uno de los más escandalosos ejemplos de fraude periodístico cometido en Estados Unidos en el año 1998. . La caída de Glass se cuenta en la película de 2003 El precio de la verdad.